¿Se puede hacer política con el amor?

Que sí, que soy una petarda. Meses y meses en los que los medios nos torturan recordándonos cada día que tenemos la pierna metida en el estiércol hasta la ingle, y va una servidora y se fija en una escena de los más cursi y romántica. Una escena que ni la de Jack y Rose (por cierto, confirmado: cabían los dos en la tabla http://bit.ly/OkKq9W). Me refiero al comentario que Barack Obama le dedicó a su mujer, Michelle, en la celebración de su reelección como presidente de EE.UU. Trascribo:

“Dejadme decir esto públicamente: Michelle, nunca te he querido tanto. No puedo estar más orgulloso de ver cómo el resto de EEUU se enamora de ti también, como la primera dama de nuestro país”.

Un párrafo que probablemente tuvo a algún asesor del Sr. Obama varias noches sin dormir, a base de “donus” y café del Starbucks, estudiando, midiendo las palabras,  diseñando el gesto y hasta la entonación. Todo para venderle al mundo entero el matrimonio ideal, el recurrente sueño americano. Puro marketing, vamos.

Ante semejante escena se me pusieron los pelos como escarpias (ya veis, una que es muy romantincona) y me pregunté: ¿qué pasa con nuestras primeras damas? ¿Alguien pone cara a la mujer de Rajoy? ¿Y a la de Zapatero? ¿No era aquella de la prominente dentadura? Esas damas en este país quedan escondidas a la sombra del caballero. Hasta que alguien les hace un regalo. Algunos bien merecidos. ¿Os imagináis vivir al lado de Aznar? (uff),  esa mujer se merecía un premio, pero uno gordo, ¡el Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo!

Y como no las vemos (a algunas) nos tenemos que tragar aquello de que nuestras primeras damas son muy discretas, comprensivas y que apoyan a sus maridos en todo momento desde bambalinas. Pero, el señor es el que da la cara, “tú tranquila, cariño, que de el país ya me encargo yo”. En España los políticos también hacen mucho teatro, pero escasea el romanticismo, aquí nos va más la pantomima. Pantomima que rezuma, aún, algunas dosis de machismo revenido.

Entonces, ¿se puede hacer política con el amor? Se puede…¡se debe! Más amor y menos milongas… aunque sea una farsa,¿acaso no lo es todo hoy en día?

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